Santiago, 21 de marzo de 2022. “Rusia quiere apoderarse del territorio de Ucrania para volver a ser la unión soviética” “Hay países que tal vez ayudarán” “Hay gente sufriendo”, son algunas de las afirmaciones que hicieron cinco alumnos de entre 8 y 10 años del colegio Pumahue de Peñalolén, a quienes se les consultó por el conflicto bélico en Europa. Una guerra que, sin bien está lejos físicamente, lo cierto es que las redes sociales y los medios de comunicación la hacen cada vez más cerca, mostrando imágenes y entregando información que pueden ser difíciles de procesar y entender para algunos.

Carmen Vera, rectora de dicho Colegio y quien se reunión con estos estudiantes de 3° y 4° básico, explica que “hablar sobre la guerra se ha hecho inevitable. Si bien habrá elementos que puede que los alumnos no entiendan, es necesario verbalizar qué sienten y brindarles contención”, por lo que este tipo de conversaciones contribuyen a “hacernos una panorámica de qué piensan, sienten y creen sobre la guerra, con el fin de obtener lineamientos que ayuden al colegio y a las familias a abordar el tema con ellos”.

¿Cómo obtienen los contenidos? “Hoy en día, el acceso a internet facilita mucho la información instantánea, por lo cual los niños (de cuarto básico) hacen énfasis en sus celulares como principal fuente de información”, señala Carmen, quien, además, cuenta que, si bien todos están al tanto de lo que pasa, “no demuestran mayor preocupación, ya que sus familias hacen hincapié sobre la tranquilidad y la lejanía en la que se encuentra este problema de Chile”. A pesar de la distancia, la rectora sí reconoce que los estudiantes “hablan sobre ayuda humanitaria, tomar conciencia sobre los problemas que viven otros países y de cómo fomentar la paz”.

En ese sentido, Carla Cerda, psicóloga de la red Cognita con 14 colegios en todo Chile, entrega algunas recomendaciones a la hora de abordar el tema de la guerra que se vive entre Rusia y Ucrania:

1.- Evitar la sobreexposición a la información e imágenes que circulan.

2.- Permitir que expresen sus emociones y validarlas, estando atentos y disponibles a los temores, inquietudes y dudas que pudieran presentar, a fin de evitar generar ansiedad o preocupación excesiva.

3.- Generar espacios de conversación, donde se pueda poner en palabras lo que está aconteciendo, con un nivel de lenguaje acorde a su etapa evolutiva, evitando que el tema tenga un rol protagónico en las conversaciones del hogar.

4.- Aprovechar estas instancias como una valiosa oportunidad para conversar en relación a los conflictos como algo que forma parte de la vida (atendiendo a la diversidad de los seres humanos) y cómo estas diferencias pueden ser resueltas por medio del diálogo, sin apelar a la violencia.

5.- Instar a los niños, niñas y adolescentes a tomar un rol activo en la promoción de la cultura de la paz, llevándolos a reflexionar acerca de cómo ellos pueden aportar para que el mundo sea un lugar sin violencia, a través de preguntas que les permitan buscar soluciones al problema de una manera pacífica y sin dañar. 

Carmen Vera, rectora del colegio Pumahue de Peñalolén, también invita a hacer un ejercicio a través de acciones lúdicas y prácticas para que los niños logren conectar y se sientan más cómodos al plantear preguntas. “Para los menores de 8 años que no logran expresar su pensar o sentimiento frente a la guerra; invítalo a dibujar su visión de lo que está pasado y observa los detalles de su trabajo y, desde ahí, comentar, preguntar y desarrollar los puntos de vista relevantes. Para los más grandes, se pueden realizar juegos tipo roles, dramatizaciones, y otros que les permitan canalizar sus ideas de manera espontánea, a través de lluvia de ideas o círculos de reflexión, siempre guiados por un adulto”, recomienda la profesional.